Los últimos serán los primeros. Guaicaipuro («Lanza de la Montaña»), cacique de caciques, el Gran Capitán, fue cacique de los teques, pueblo aborigen asentado en la actual región de Caracas (Venezuela), quien ofreció una larga resistencia a la conquista española en la segunda mitad del siglo XVI. Considerado como el mayor símbolo de la bravura e ingenio nativos, desbarató en numerosas ocasiones los intentos de los conquistadores de someter la región, en la que se habían descubierto minas de oro.

Guaicaipuro, siendo reconocido como Guatopori, «Jefe de jefes», logró formar una poderosa confederación de tribus, con la que se enfrentó a los españoles por el control del valle de Caracas. Dirigió las operaciones guerreras contra Pedro de Miranda, a quien obligó a abandonar el territorio. El gobernador de la región, Pablo Collado, envió para someterlo a Juan Rodríguez Suárez, que consiguió su objetivo. Sin embargo, poco después, Guaicaipuro encabezó una sublevación indígena que terminó con la vida de los colonos españoles que explotaban las minas de la zona.

Rodríguez Suárez volvió a dirigir una campaña contra los teques, en el transcurso de la cual fundó la villa de San Francisco (1560), antes de morir en combate contra Guaicaipuro y Terepaima. Francisco Fajardo pasó a comandar los efectivos militares españoles. En enero de 1562 el gobernador Collado envió una hueste de cien hombres, bajo el mando de Luis de Narváez, para apoyarle, pero fueron vencidos antes de unirse al grueso de las tropas.

Collado fue sustituido por Bernáldez, pero tampoco éste pudo socorrer a Fajardo, que fue derrotado por Guaicaipuro y, posteriormente, asesinado por Alonso Cobos (1564). Tanto la villa de Collado como la de San Francisco fueron saqueadas por los teques, que siguieron controlando la región a pesar de las distintas tentativas españolas para desalojarlos. Pero Guaicaipuro no pudo repetir este éxito contra Diego de Losada en su intento de apoderarse de la ciudad de Caracas, fundada por el propio Losada, quien contraatacó y derrotó a Guaicaipuro en el valle de San Pedro, el 25 de marzo de 1567.

En 1568, Guaicaipuro organizó una nueva confederación de caciques, que fue derrotada por Pedro Alonso Galeas en la batalla de Maracapana. Después de la derrota indígena, Losada envió en su búsqueda al alcalde Francisco Infante, quien pudo determinar el paradero de Guaicaipuro con la ayuda de indígenas aliados de los españoles. Acorralado en su vivienda, el caudillo teque se enfrentó a sus atacantes, a los que opuso una desesperada resistencia hasta la muerte, lanzando su grito de guerra caribe: «Ana Karina Rote, aunicon paparoto mantoro itoto manto»; que en castellano quiere decir: «Solo nosotros somos gente, aquí no hay cobardes ni nadie se rinde».

Luego de su heroica y dolorosa pérdida, la resistencia y moral indígenas empezaron a derrumbarse. Pero la leyenda del gran Guaicaipuro permanecería por siempre, como lo resumiría una frase del notable historiador José de Oviedo y Baños:

«Su nombre fue siempre tan formidable a sus contrarios, que aún después de muerto infundía temor su presencia…»

Con información de biografiasyvidas.com

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