Sri Lanka, la isla de las maravillas

Un recorrido en tren entre campos de té, el enigmático palacio de Sigiriya, budas gigantes y comida deliciosa.

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Es una isla tranquila y segura, donde se puede observar pobreza, pero raramente miseria (ocupa el puesto 76 del índice de desarrollo humano de Naciones Unidas).

La llaman la isla de los mil nombres porque ha sido conocida con muchos a lo largo de la historia y porque, además, se podrían buscar decenas de adjetivos para describirla. Situada estratégicamente en las rutas marítimas del golfo de Bengala, Sri Lanka, la antigua Ceilán, acaba de ser elegida destino estrella de 2019 por Lonely Planet, ya que encabeza la lista anual de países por descubrir de la famosa editorial de viajes. Razones no faltan para enamorarse de ella. Los soberbios paisajes, las playas interminables, sus budas gigantes, la hospitalidad de sus ciudadanos, su seguridad, sus precios asequibles, su deliciosa (aunque picante) comida y, por supuesto, su exuberante verdor. “Por la mañana, el milagro de aquella naturaleza recién lavada me sobrecogía”, escribió Pablo Neruda, que vivió en la isla un año, entre 1929 y 1930, como cónsul de Chile.

Sri Lanka es un país relativamente rico. Reconocida por el famoso té de Ceilán, también exporta piedras preciosas, café, caucho y coco, y tiene el ingreso per capita más alto en el Asia meridional. Es una isla tranquila y segura, donde se puede observar pobreza, pero raramente miseria (ocupa el puesto 76 del índice de desarrollo humano de Naciones Unidas). La isla resultó terriblemente castigada por una guerra civil que duró algo más de dos décadas (desde 1983 hasta 2009) y en la que murieron unas 100.000 personas. Las heridas causadas por ese conflicto son especialmente visibles en el norte y este del país, donde la guerrilla de los Tigres Tamiles tomó el control de diversas poblaciones. Son precisamente esas zonas las más inaccesibles, pero también, probablemente, las más interesantes y hermosas de visitar.

 Que visitar

COLOMBO. La capital comercial del país acoge unos 700.000 habitantes permanentes y ha servido durante más de 600 años como crisol de las diversas influencias culturales que permearon la isla desde su puerto: portugueses, holandeses, británicos. Su Museo Nacional es indispensable para cualquier viajero que quiera conocer la historia y el arte del país.

PINNAWALLA. El orfanato de Pinnawalla, a orillas del río Mahaveli Ganga, en el suroeste de la isla y a escasos 90 kms de la capital, es pionero en el mundo en la conservación de los más grandes mamíferos asiáticos, un animal sagrado para la cultura cingalesa.

GALLE. La ciudad antigua, fortaleza y bastiones de Galle fueron construidos por los portugueses en el siglo XVI, y posteriormente mejorados por los holandeses, lo que supone el primer ejemplo de ciudad fortificada que los europeos levantaron en el sudeste asiático.

KANDY. Conocida comúnmente por el nombre de Senkadagalapura, esta ciudad sagrada del budismo fue la última capital de los reyes sinhalas. Gracias al mecenazgo de estos monarcas, la cultura cingalesa floreció durante más de 25 siglos, hasta la ocupación de Sri Lanka por los británicos en 1815. En Kandy se pueden visitar el complejo de edificios del Palacio Real y templos hinduistas.

TRIÁNGULO HISTÓRICO-CULTURAL:

• Sigiriya. Sigiriya es el palacio-fortaleza que Kassapa, un monarca del siglo V, quiso construirse en un lugar inexpugnable y recóndito, sobre a la cumbre de una mole de granito rectangular que se alza a 250 metros de altura dominando la jungla de la llanura y siendo una de las imágenes más reconocibles del Turismo en Sri Lanka. Los frescos de “Las Damas de Sigiriya”, que se contemplan en la ascensión, son de un gran refinamiento artístico.

• Anuradhapura.Primera capital histórica, fundada en 473 a.C y vigente hasta el 993 de nuestra era, Anuradhapura fue redescubierta a principios del XIX por los ingleses. Conserva la mayor estupa del país, santuarios, y colosales figuras de Buda. Ciudad sagrada para el budismo por albergar el Sri Maha Bodhiya, árbol sagrado con 2500 años de antigüedad, nacido de un esqueje de la higuera bajo la cual Buda recibió la iluminación.

• Polonnaruwa. Capital medieval del país en el siglo XI y corazón del budismo, Polonnaruwa fue devorada por la selva y prácticamente olvidada durante siete siglos. Conserva un esplendoroso patrimonio histórico-artístico. Las colosales estatuas de Buda de Gal Vihare son su mayor tesoro artístico.

DAMBULLA. Excavados y esculpidos en la roca hace más de 2.000 años, los templos de Dambulla expresan la ancestral presencia del budismo en la isla y ofrecen al visitante una deslumbrante colección de pintura al fresco y estatuas de Buda.

HIGH COUNTRY. La meseta central se eleva hasta los 2.500 metros y conserva una enorme riqueza natural, a veces casi intacta, fragrantes jardines de especias y verdes colinas sembradas de una de las variedades de té más apreciadas del mundo. Tres lugares de la zona conforman un único Sitio Patrimonio Natural de la Humanidad bajo el nombre de Central Highlands: Pico Wilderness, el Parque Nacional de las Llanuras de Horton y el Bosque de Conservación de Knuckles,  bosques montañosos que albergan una flora y fauna de una variedad extraordinaria, incluyendo varias especies amenazadas. Un entorno ideal para los devotos del trekking, el camping y los eco-tours.

CÓMO LLEGAR A SRI LANKA.

No hay vuelos directos desde España. Emirates y Qatar Airways, con escalas en Dubái y Catar, ofrecen un excelente servicio y tarifas a partir de los 650 euros para un vuelo de ida y vuelta a Colombo. El aeropuerto internacional de Bandaranaike se encuentra 30 kms al norte de Colombo y es el centro neurálgico del Turismo en Sri Lanka.

CLIMA EN SRI LANKA / CUÁNDO IR A SRI LANKA.

Uno de los activos principales del Turismo en Sri Lanka es el hecho de que la isla disfruta de un clima tropical y la temperatura media se sitúa en torno a los 27ºC, aunque los valores pueden oscilar mucho en un mismo día entre la costa y el interior montañoso, donde pueden registrarse temperaturas de 10ºC.

Tiene dos estaciones húmedas: de mayo a julio en el suroeste; diciembre y enero en el noreste. Sin embargo, los días soleados y cálidos son lo habitual, incluso muy frecuentes en las breves estaciones húmedas. Se trata, en definitiva, de un destino para todo el año.

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