¿Sientes que no disfrutas el sexo porque tu zona V no lubrica lo suficiente?, este problema le puede ocurrir a muchas mujeres y la razón se deba a muchos factores, pero primero, debemos conocer qué es la lubricación femenina.
La lubricación se manifiesta tras la excitación sexual en la mujer. Se puede producir por la estimulación personal, de otra persona, mental o por fantasías eróticas lo que provoca un aumento de la producción de líquido que se encuentra en la vagina, ideado para una penetración más fácil y placentera.
Esta mayor cantidad de líquido vaginal es consecuencia del aumento del riego sanguíneo en la zona que hace que el clítoris y la vagina se expandan para facilitar su estimulación durante el sexo. Es decir, se trata de un proceso similar al de la erección en los hombres.
En mujeres jóvenes, sin ningún tipo de problema sexual, conseguir una óptima lubricación es tarea sencilla, sin embargo, esto puede disminuir con la edad, sobre todo con la llegada de la menopausia.
Hay diversas causas por las que la lubricación natural puede fallar. Aquí te mostramos algunas de ellas:
El estrés: Tener la cabeza en otros asuntos no ayuda nada a relajarse y dejarse llevar por las sensaciones que provoca la intimidad. Sentirse incómoda o insegura durante el sexo no ayudará a que tu cuerpo se relaje y se deje llevar por las sensaciones.
No excitarte con tu pareja: También debes encontrar excitante a tu pareja, si entre ustedes no saltan chispas, será muy difícil que tu vagina se humedezca lo necesario para tener intimidad.
Estos problemas pueden desencadenar en frustración y relaciones sexuales poco satisfactorias.
Si tu vagina no está lo suficientemente húmeda al introducir el pene en ella, puede ser bastante molesto para los dos. Siempre y cuando no existan razones médicas por las que sufres este problema puedes probar con alguno de estos cinco consejos para mejorar la lubricación.
Convierte el sexo en un juego
Los preliminares son muy importantes para lograr la lubricación femenina. Debes dedicarles tiempo, tanto si estás sola como acompañada. Cuando quieras masturbarte prueba a darte antes un baño relajante.
No quieras hacerlo todo deprisa y corriendo. Cuando vayas a tener sexo con tu pareja has lo mismo. Deja que te acaricie por todo el cuerpo, que te toque, que te bese apasionadamente, y házselo tú también a él o a ella. No tengas miedo de experimentar.
A tope de autoestima
Si crees que tu problema puede estar relacionado con que no te sientes a gusto con tu cuerpo, lo más importante es que recuperes tu autoestima. No seas tan crítica contigo misma y empieza a verte como te ve tu pareja. Para él o ella tú eres la mujer más bella del mundo así que probablemente tenga razón ¿no?
Encuentra un aliado en la literatura erótica
Después del boom de ’50 Sombras de Grey‘ son muchas las mujeres que se han apuntado a esta moda tan excitante. Leer estimula nuestra imaginación y hay muchos libros en el mercado que subirán tu libido como la espuma. Otra opción es que pruebes a escribir tus propios relatos. Plasmar tus fantasías en un papel puede darte muchas ideas que poner en práctica en el dormitorio. Incluso puedes hacerlo con tu pareja.
Una vagina en forma
Practica los ejercicios de Kegel con regularidad para mantener tus músculos pélvicos en perfecto estado y compleméntalos con el uso de bolas chinas. Los ejercicios de Kegel provocan una mayor conciencia genital porque se basan en la movilización y contracción de los músculos del suelo pélvico. Mientras que las bolas chinas, al moverse dentro de las paredes vaginales, hacen que esta zona sea mucho más sensible a los estímulos. Si combinas ambos empezarás a notar sus beneficios y no solo respecto a la lubricación femenina, sino también en la contención urinaria.
La alimentación también influye
El líquido lubricante es en su mayoría es agua, así que estar bien hidratada, ya sabes dos litros al día procedentes de bebidas y alimentos, es indispensable. Así mismo, llevar una dieta demasiado estricta también puede perjudicar a la lubricación femenina. Debes ingerir unas 700 calorías diarias de grasas saludables, ya que el colesterol es un ingrediente esencial para que el cuerpo produzca estrógenos, una hormona implicada en el proceso natural de lubricación.
Si después de probar todo esto continúas teniendo problemas, no lo dudes, acude a tu ginecólogo. Te prescribirá el tratamiento que mejor se adapte a las necesidades de tu cuerpo para que tu intimidad no se resienta y vuelva a ser como el primer día.
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