Reino Unido podría tener disponibles 30 millones de vacunas contra el COVID-19 en septiembre

Seis nuevos medicamentos para tratar la enfermedad están también en la etapa de ensayos clínicos.

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La vacuna de la Universidad de Oxford se llama ChAdOx1nCoV-19 y está hecha a partir de una versión debilitada de un virus del resfriado común.

Treinta millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la universidad de Oxford podrían estar disponibles en septiembre, según informó Alok Sharma, ministro británico de Empresas, gracias a un acuerdo alcanzado entre la universidad y la farmacéutica AstraZeneca para fabricar la vacuna, que se encuentra en este momento en ensayos clínicos.

«A fin de poder vencer esta enfermedad necesitamos encontrar una vacuna que funcione y que sea segura», aseguró Sharma, que detalló que el gobierno ha invertido casi 150 millones de euros en el desarrollo del programa, que va «progresando bien». Pese al optimismo inicial, el ministro advirtió que «no hay certezas» y que existe la posibilidad de que nunca se desarrolle una vacuna capaz de evitar la propagación del Covid-19. No obstante, matizó diciendo que seis nuevos medicamentos para tratar la enfermedad están también en la etapa de ensayos clínicos.

En las pruebas, que empezaron el pasado 23 de abril en el Hospital Churchill de Oxford, participan 551 voluntarios sanos de entre 18 y 55 años que serán inyectadas con el medicamento, mientras que el mismo número recibirá una vacuna de control o placebo. Se espera que el próximo mes den inicio otros ensayos con la vacuna que está desarrollando el Imperial College de Londres. Los británicos son los primeros en probar sus avances en humanos, pero hay otros países que también están en la carrera por encontrar una vacuna, entre ellos Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, España, Bélgica y Suiza.

La vacuna de la Universidad de Oxford se llama ChAdOx1nCoV-19 y está hecha a partir de una versión debilitada de un virus del resfriado común, adenovirus, de chimpancés que se ha modificado genéticamente. Los investigadores colocan entonces dentro de él material genético del coronavirus, cuyo nombre es SARS-CoV-2, y lo inyectan en personas, con la esperanzada de que el cuerpo produzca una respuesta inmune. La profesora Sarah Gilbert, que lidera el equipo, asegura que el desarrollo ha sido tan rápido porque ya tenían una vacuna base para otros coronavirus, por lo que han pasado en solo cuatro meses por etapas que normalmente tardarían cinco años.

Las declaraciones del ministro Sharma llegan en un momento en el que Reino Unido se acerca a los 35.000 fallecidos oficiales. Ayer el Gobierno anunció la muerte de 170 personas, el número más bajo de decesos en 24 horas desde el inicio del brote.

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