El sólo nombre de Marruecos provoca imágenes de misterio y magia, de ciudades amuralladas y pueblos blancos, de torres almenadas y desiertos inabarcables. Marruecos ofrece a quién lo visite bellísimos paisajes pero también ciudades cargadas de historia.
Sus siete regiones geográficas ofrecen todos los climas, para que el visitante pueda gozar tanto de hermosas playas cuanto de montañas nevadas.
Marruecos tiene actividades para todos los gustos y edades: senderismo, escalada, ascenso en globo aerostático o windsurf para quienes prefieren el turismo aventura. Las ferias artesanales, los zocos, las grandes tiendas de alfombras, las pequeñas tiendas de fósiles y piedras semipreciosas, para quienes disfrutan buscando el recuerdo de viaje perfecto. El Valle de las Mil Kasbahs, para quienes aman la historia.
Un tema aparte son sus celebraciones: las fiestas tradicionales, como la Fiesta del Almendro o la Fiesta de la Rosa; o las religiosas, los moussen, para honrar a los hombres santos.
Podrá apreciar su gastronomía plena de aromas y sabores. ¿Y quién no disfrutará paseando por un bullicioso y colorido zoco?
Te recomendamos…
Rabat: su capital, hoy en día una ciudad moderna y laboriosa, pero que todavía esconde las callejuelas por donde caminaron los piratas que la fundaron.
Marrakech: la antigua ciudad imperial, que todavía conserva las murallas de adobe y las puertas moriscas. Imposible perderse la plaza Djemaa el Fna, con su incesante actividad de vendedores ambulantes y tenderos, rodeada de pequeños bares donde disfrutar un refrescante jugo de naranjas recién exprimidas.
Fez: con sus palacios y mansiones, el Barrio Andaluz y la histórica mezquita Al Karaouin del siglo IX. Tres ciudades en una: Fez la Nueva, de 1920, Fez el Jedid y Fez el Bali, laberinto medieval de más de 9.400 calles y sus barrios de oficios: el de los alfareros, el de los sastres, el de los forjadores…
Essaouira: la antigua Mogador, alguna vez habitada por los romanos y alguna otra vez amurallada por los portugueses.
Volúbilis: que pasó a formar parte del Imperio Romano en el año 40 y todavía conserva restos arqueológicos de ese período.
Tánger: con sus hermosas playas, su puerto y la Plaza de la Alcazaba.
Chefchaouen: en las faldas de los montes Tisouka, con sus cinco puertas, y sus callecitas serpenteantes que conducen a la Plaza Uta el-Hammam. Vale la pena ver la fuente Ras el-Maa.
Ait Benhaddou: una bella y antigua fortaleza, con sus murallas y puertas monumentales, paso obligado de las caravanas que viajaban desde África.
INFORMACIÓN
- ADUANAS. Se puede ingresar al país con cigarrillos, perfumes, cámaras de fotos y video. Pueden sacarse del país todo tipo de objetos artesanales, y una muy pequeña cantidad de fósiles y piedras semi-preciosas. No se puede importar ni exportar la moneda corriente, el dirham.
- HORARIO. El horario de Marruecos es GMT/UTC 0. Este año el gobierno de Marruecos decidió implantar el horario de verano (práctica no usual), que regirá desde el 31 de mayo al 28 de septiembre de 2008, y es GMT + 1.
- ELECTRICIDAD. Las instalaciones eléctricas de Marruecos son de 220V, tipo c y e . Es muy difícil encontrar adaptadores para fichas de 3 pines, por lo que se aconseja llevar el propio.
- RELIGIÓN. La religión oficial es el Islamismo, pero las comunidades judías y cristianas practican sus credos con absoluta libertad, lo mismo que la pequeña comunidad Hindú.
CÓMO LLEGAR
- Aeropuertos. El avión es una de las opciones más rápidas para llegar a Marruecos y tiene varios aeropuertos internacionales. Los principales son los de Casablanca y Tánger. También hay aeropuertos internacionales en Fez, Marrakech, Agadir y Rabat.
- Barco. Hay varias compañías de barcos que realizan el trayecto entre España y Marruecos e incluso ofrecen el servicio de transporte de vehículos.
- Coche. Una de las opciones más utilizadas es el coche y cruzar por Algeciras, Almería o Tarifa en ferry hasta Tánger, Casablanca, Nador, Ceuta o Melilla. Desde Ceuta y Melilla podemos llegar rápidamente a la frontera de Marruecos.