Manaure fue cacique de los caquetíos que ocupaban el noroeste de la actual Venezuela frente al Mar Caribe. Su centro de poder lo tenía ubicado en el poblado de Todariquiba, cerca de la actual Sabaneta. Era un jefe político con poderes excepcionales y divinos, sus súbditos creían que él era el hacedor de los fenómenos naturales (tormentas, sequías, etc.) y lo tenían por Dios, acatándolo y reverenciándolo. A él se sometían y pagaban tributo los otros caciques y jefes menores. Su juicio era inapelable y su rango tan excelso y solemne que viajaba transportado por sus servidores en una hamaca, ya que sus pies nunca debían tocar el suelo. No obstante, el gran poder con el que contaba Manaure, gobernaba con extraordinaria bondad y justicia a su pueblo.

Juan de Castellanos en sus Elegías de varones ilustres de Indias, lo presenta con una personalidad avasallante, conducta intachable y poder desmedido: «Fue Manaure varón de gran momento, de claro y de sagaz entendimiento. Tuvo con Españoles obras blandas, palabras bien medidas y ordenadas, en todas sus conquistas y demandas temblaban del las gentes alteradas… Nunca vido virtud que no loase ni pecado que no lo corrigiese, jamás palabra dio que la quebrase ni cosa prometió que no cumpliese».

Los españoles comenzaron la ocupación de la región desde las islas Aruba y Curazao frente a la costa. En 1523, Manaure, tratando de evitar conflictos, envió emisarios a las islas para invitar a Juan de Ampíes a que lo visitara en Todariquiba. La buena relación entre ambos preservó a su pueblo del negocio esclavista de las armadas del Caribe que azotaban sus dominios. En 1525, fueron llevados presos a Santo Domingo más de 150 indígenas para ser vendidos como esclavos; entre ellos iban familiares de Manaure. Ampíes logró rescatar a varios de ellos y devolverlos a su pueblo, el acto selló una alianza entre los caudillos.

El 26 de julio de 1527 Ampíes funda Santa Ana de Coro, respetando la autoridad de Manaure sobre los indígenas de la región. Éste se traslada a la nueva ciudad y es bautizado con el nombre de Martín.

Las buenas relaciones con los españoles pronto finalizarían. En 1528, Carlos V, ante las enormes deudas que había contraído con los banqueros alemanes, decidió cederles la administración y conquista de la Provincia de Venezuela a la Casa Welser de Augsburgo. Juan de Ampíes debió retornar a Curazao. Los alemanes no respetaron la alianza existente. Se inició un importante despoblamiento indígena en la zona.

En 1530 los alemanes se apoderan de canoas que eran propiedad de Manaure, quien al reclamarlas es encarcelado. Liberado tras una gestión de Ampíes, decide retirarse con su gente unos 300 km tierra adentro, el pacto con los europeos estaba roto. Se refugia en tierras de los yaracuyes, y en 1549 rinde su vida en combate con los españoles en El Tocuyo.

Es una historia conocida en el estado Falcón, que en la noche se pueden escuchar lamentos en los médanos de Coro. De acuerdo con la tradición popular, los mismos no son más que los espíritus de los indios caquetíos del cacique Manaure, los cuales vagan sin descanso en los brazos del viento, después haber sido traicionados y martirizados por los conquistadores españoles. 

Con información de pueblosoriginarios.com

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