Mientras muchos esperan infinitamente por el gas, otros no se arman de tanta paciencia pues su condición de salud y su edad no se lo permiten.
Así lo denunció Gonzalo Díaz, quien desde hace dos meses anda en trámites, y con carpeta en mano, hizo parte de una reunión informal a las afueras de la empresa, en la que la desesperación de muchos caldeó los ánimos.
Se ha alegado desinfección del lugar en prevención del covid-19, así como la incidencia de la enfermedad entre los empleados de la oficina, para que ese día no se atendieran a personas no solo con limitaciones propias para movilizarse.
Al final la recepción de los justificativos médicos quedaron suspendidos, y con ellos la esperanza de hacerse un modo decente de vida, donde la alimentación es vital para sostener su salud.
En su desesperación los adultos mayores y personas con discapacidad también acuden a la planta de la avenida Libertador, la cual peligrosamente transitan, hasta que por fin después de tanta insistencia terminan siendo atendidos recibiendo la misma respuesta.
–Somos personas de la tercera edad -afirma Díaz- que en nuestra desesperación debemos superar nuestras propias limitaciones para movilizarnos hasta esos sitios, y no podemos pagar los miles de pesos que piden en el mercado negro para hacernos de una bombona.
Con información de Diario La Nación.
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