La actividad no esencial restringida (significativamente, echa el cierre la hostelería), con cierres perimetrales y reuniones sociales solo entre personas convivientes. Medidas frente al Covid que afectarán al 60% de la población de Galicia, en 60 concellos, a partir de las 15 horas del viernes, durante un plazo de un mes. Es la decisión que ha comunicado este mediodía el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, tras la «maratoniana» reunión del comité clínico (de las 18 a las 23 horas del martes, y en la mañana del miércoles hasta las 12) que asesora a la Xunta.
Galicia quiere seguir formando parte de la «avanzadilla» en la lucha contra la pandemia del coronavirus. A pesar de que figura entre las cinco comunidades con menor incidencia y en el podio en lo que a presión asistencial se refiere, los expertos sanitarios que conforman el comité clínico consideran que «las restricciones deben reforzarse», «toca ampliar las limitaciones pro nuestra salud (…) y también toca por la economía». Sin aguardar a llegar a mayores tasas de incidencia y pacientes ingresados, como en buena parte de España. La idea es la siguiente: adoptar «medidas más duras durante menos tiempo», en lugar de medidas «más suaves» con las que seguir a la expectativa.
La Xunta quiere «resetear el sistema, volver a poner el sistema en contadores cómodos» tanto en casos activos nuevos, diarios, como en incidencia a 7 y 14 días. El objetivo es triple: además de rebajar la tensión hospitalaria y sanitaria, en residencias y centros para personas con discapacidad, «evitar un confinamiento domiciliario» y, «mucho más difícil», con menos garantías de éxito, «intentar salvar la campaña de Navidad».
Feijóo ha empleado un tono solemne en su intervención, consciente de la dureza de las nuevas medidas, especialmente para sectores como el de la hostelería, tras describir una situación en la que, como es habitual, ha hecho hincapié en que no cabe relajarse por más que Galicia esté entre las autonomías con mejor respuesta ante el Covid. «Soy consciente de que hablar de restricciones y limitaciones es desmoralizador para todos. Todo esto es absolutamente traumático para las familias que está sufriendo y van a sufrir más directamente las consecuencias de las limitaciones que tenemos que autoimponernos», ha expuesto el mandatario.
Pero la realidad de la pandemia es tozuda. E indica que su incidencia se ha ido agravando en las últimas semanas. Durante la segunda quincena de octubre los indicadores epidemiológicos se incrementaron por encima del 100%. Por eso los expertos que asesoran a la Xunta, tras un intenso debate, consideran que debe irse más allá, después de que el pasado viernes ya se avanzara el cierre perimetral de las ciudades y su entorno, aunque enfocado a la festividad del 1 de noviembre.
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Con información de ABC.