El presidente egipcio, Abdel Fattah El-Sisi, reiteró hoy su rechazo a cualquier acción unilateral en torno a la gran presa construida por Etiopía en el Nilo Azul y abogó nuevamente por un acuerdo integral.
Durante una conversación telefónica con su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, El-Sisi ratificó que más allá de los tecnicismos, lo que está en juego es un asunto visto como existencial por Egipto, dependiente del legendario río para garantizar las demandas de su creciente población, la cual sobrepasa ya los 100 millones.
“Estamos ante el desafío e imperativo de desarrollar un pacto integral capaz de satisfacer a todas las partes interesadas, que ponga énfasis en las reglas para llenar y operar la represa”, insistió el mandatario de la nación con tierras en dos continentes.
En el transcurso del diálogo, el gobernante egipcio agradeció a Ramaphosa, actual presidente de la Unión Africana (UA), por sus buenos oficios para sentar a negociar de nuevo a las tres delegaciones (incluida Sudán), reseñó Youm 7.
Las pláticas auspiciadas por la UA duraron 11 días y finalizaron sin el deseado consenso tripartito, posteriormente los portavoces entregaron sus consideraciones a ese organismo, con vistas a la celebración de una minicumbre, de la que no fueron divulgados detalles hasta ahora.
No obstante la imposibilidad de rubricar un trato, tanto el canciller Sameh Shoukry como El-Sisi abogan por agotar todas las opciones diplomáticas a fin de resolver la prolongada disputa, que dura más de nueve años.
Expertos opinan que negociar un acuerdo una vez en funcionamiento la presa, podría incrementar el riesgo de que se desate un conflicto.
El presidente de Egipto ha llamado a Etiopía a descartar medidas unilaterales como el inicio del proceso de llenado, pues anteriormente ese último aseguró que lo haría a partir de este mes, con la llegada de las primeras lluvias.
Esta semana circularon informaciones acerca del comienzo de esa etapa, versiones desmentidas posteriormente por Addis Abeba, luego de que El Cairo le pidiera aclaraciones al respecto.
El país de los faraones teme que, una vez ‘en marcha’, el megaproyecto limite el flujo del Nilo, su única fuente de agua dulce, del que depende para el consumo humano, la generación de electricidad, el turismo y la agricultura, en una región eminentemente desértica.
En tanto Addis Abeba apuesta a la colosal obra para exportar energía y asegura que no causará perjuicios a sus vecinos ribereños, además considera desmesuradas sus preocupaciones.
Sudán que -como ha aclarado- no es intermediario sino componente clave, mira con inseguridad la estructura del depósito, a falta de claridad y garantías totales sobre su fortaleza, según especialistas.
Llamado Blanco desde su nacimiento en el Lago Victoria, el Nilo recibe en Sudán las aguas del Azul, nacido en Etiopía.
