Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

Esta patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el colegio, así como a otros aspectos de su vida familiar y social.

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Su prevalencia en la población infantil se sitúa en torno al 3-5%, en función de los distintos estudios llevados a cabo.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia. Tiene un origen neurobiológico y sus síntomas más habituales son, tal y como indica su denominación, la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. Es una afección crónica que frecuentemente se diagnostica en la infancia y en muchos casos persiste en la edad adulta.

Puede generar problemas en múltiples áreas de funcionamiento, afectando al desarrollo social, emocional y cognitivo. «Es difícil encontrar un TDAH puro, es decir, sin otros problemas añadidos», señala José Ángel Alda, psiquiatra infantil y juvenil del Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona. «Los más frecuentes son los problemas de aprendizaje y de comportamiento«.

Prevalencia

Su prevalencia en la población infantil se sitúa en torno al 3-5%, en función de los distintos estudios llevados a cabo.

Según Azucena Díez, del departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra, esta patología afecta sobre todo a los niños y es más frecuente en varones. Sin embargo, aproximadamente entre el 60 y el 80 por ciento de los adultos mayores de 18 años que han tenido TDAH tienen persistencia de los síntomas.

Causas

Javier Blumenfeld, pediatra y responsable de la consulta de TDAH del Hospital de El Escorial (Madrid), expone que este trastorno «se produce principalmente por alteraciones en una región del cerebro llamada corteza prefrontal, donde se realizan funciones mentales tan importantes como la concentración, el control de impulsos y la memoria a corto plazo, también llamada memoria de trabajo». 

La mayor principal causa es la genética y existe un componente hereditario, pero «existen multitud de causas ambientales que pueden producir disfunción en esta parte del cerebro, y por lo tanto, TDAH».  Entre otras, alteraciones neonatales como alcoholismo o adicción a otras drogas durante el embarazo, traumatismos, tóxicos ambientales, meningitis, sufrimiento fetal durante el parto… «Es decir, cualquier elemento que puede dañar el correcto desarrollo de la corteza prefrontal puede acabar causando TDAH», resalta Blumenfeld.

Síntomas

Los niños con TDAH son muy inquietos e impulsivos y tienen problemas para prestar atención y concentrarse. A pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. Actuar sin pensar (la conducta impulsiva) les provoca problemas con padres, amigos y profesores.

Esta patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el colegio, así como a otros aspectos de su vida familiar y social.

Las manifestaciones pueden dividirse en tres grupos:

Síntomas relacionados con la inatención

El principal lugar donde se aprecian estas manifestaciones es en el ámbito escolar. Los profesores a veces presentan quejas en este sentido, pero también aparecen en casa: cuando un niño tiene que organizar sus cosas o cuando se muestra muy despistado.

En general suele caracterizarse por:

  • No atiende detalles, comete errores.
     
  • Dificultad para mantener la atención.
     
  • Sordera ficticia.
     
  • No sigue instrucciones, no termina las tareas.
     
  • Dificultad para organizarse.
     
  • Evita tareas que requieren esfuerzo continuado.
     
  • Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad.
     
  • Fácil distracción por estímulos externos.
     
  • Olvidadizo en las actividades diarias.

Síntomas relacionados con la hiperactividad

La hiperactividad es más evidente en niños de menor edad y va desapareciendo con el crecimiento. Se manifiesta de forma diferente dependiendo del niño, aunque suele caracterizarse porque están siempre en movimiento, corren, saltan, tienen dificultades para estar quietos, se levantan cuando deberían estar sentados, corren y saltan en situaciones inapropiadas…

El pediatra del Hospital de El Escorial reseña que hiperacividad significa «únicamente el aumento de actividad motora de forma poco controlada«. Este síntoma, que es el menos importante y es más frecuente en varones, ha sido fuente de «mucha confusión» cuando, en realidad, «no genera ninguna disfuncionalidad y mejora con los años».

El movimiento es algo consustancial a la infancia: «Los niños se mueven y se tienen que mover mucho«. Si se mueven pero no tienen problemas de concentración o de atención de impulsos «no tienen ningún trastorno, y mucho menos TDAH».

Síntomas relacionados con la impulsividad

Aquí tiene cabida todo lo que hace referencia a las situaciones en las que los niños actúan sin pensar en las consecuencias de sus actos. “Los niños con TDAH suelen ser personas muy impacientes que a veces corren riesgos innecesarios y sin pensar en las consecuencias negativas que tienen”, advierte Díez. Con frecuencia responden al profesor antes de que finalice la regunta, tienen dificultades para guardar el turno en actividades de grupo, etc.

Tipos

Pueden distinguirse tres tipos de TDAH:

  • El más frecuente es el tipo combinado, en el cual se dan síntomas tanto de inatención, como de hiperactividad e impulsividad.
     
  • Alrededor del 40% de los afectados solo presentan inatención. “No se mueven mucho, no molestan en clase, no hablan demasiado, pero les cuesta mucho rendir académicamente o desarrollar funciones que corresponden a su edad”, explica Díez.
     
  • Por último, hay un grupo muy pequeño en el que los niños solo presentan síntomas de hiperactividad.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza a través de la observación de la conducta del niño y de una entrevista clínica con los padres o los cuidadores. “Es muy importante que en la entrevista siempre haya información, aunque sea indirecta, de los profesores, de cómo ven ellos al niño en clase”, indica la psiquiatra.

De forma complementaria pueden realizarse test con escalas de evaluación de la conducta, rellenadas por los padres, profesores y otros cuidadores del niño. Proporcionarán información acerca de la gravedad del trastorno, de la presencia e importancia de otros trastornos psiquiátricos o de diversos problemas de comportamiento y podrán ser de ayuda a la hora de valorar la eficacia de los tratamientos aplicados.

Tratamientos

  • Tratamiento psicológico: «Es muy importante por la necesidad de conocer muy bien nuestro mundo emocional para comprender e intentar controlar algunas respuestas». Además, hay otros aspectos como la técnicas cognitivo-conductuales o la enseñanza de habilidades sociales que pueden ser de mucha ayuda para algunos síntomas.
  • Tratamiento pedagógico: Una de las disfunciones más limitantes en este trastorno es el aspecto académico. El experto, quien considera que «lo ideal sería realizar adaptaciones metodológicas para aliviar los síntomas, pero la realidad es que llevar a cabo estar adaptaciones es una tarea muy difícil. En muchas ocasiones por que implican un cambio de método educativo muy profundo y muchas otras porque faltan muchos medios para implantar estas mejoras».
  • Tratamiento médico: «El tratamiento más potente y más eficaz que tenemos en este momento son los fármacos, pero muchas veces se nos olvidan otros elementos importantes, y que en realidad mejoran muchas de nuestras funciones mentales», argumenta el pediatra. Entre ellos se encuentran la adecuada higiene del sueño, imprescindible para un buen funcionamiento cerebral, una alimentación adecuada y la realización de ejercicio físico.

Los fármacos que se emplean con mayor frecuencia para tratar el TDAH son los estimulantes que, según Alda, «son muy seguros y eficaces». Se calcula que la respuesta a esta terapia farmacológica «está en torno a un 70-80% de los casos al primer régimen terapéutico prescrito». No obstante, aclara que se trata siempre de un «tratamiento sintomático, por lo que, cuando se deja de tomar, generalmente, los síntomas vuelven a aparecer».

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