El ministro de Educación designado por Jair Bolsonaro renunció a su cargo este martes.
Antes de asumir, golpeado por desmentidos de universidades sobre títulos incluidos en su currículum.
Mientras el Congreso eleva la presión por más cambios en el gabinete del debilitado presidente de Brasil.
Decotelli, que se presenta como oficial de reserva de la Marina y fue la primera persona afroamericana designada en el gabinete de Bolsonaro.
Entregó su carta de renuncia al mandatario en el Palacio de Planalto, solo cinco días después de haber sido nombrado, precisó uno de sus asesores especiales, Paulo Roberto.
Carlos Decotelli, el ministro designado por Bolsonaro, entregó en el Palacio del Planalto su renuncia al cargo pocas horas después de ser defendido por el mandatario.
Quien calificó como “inadecuaciones” a las falsedades que había incluido en la descripción de su formación académica, en la que incluyó títulos que nunca obtuvo.
El «exfuturo ministro», como le calificó la prensa local, había escrito en su currículum:
- Licenciatura en Ciencias Económicas.
- Máster en la Fundación Getúlio Vargas (FGV).
- Doctorado en la Universidad de Rosario (Argentina).
- Posdoctorado en la Universidad de Wuppertal, Alemania.
Pero, nada de eso era cierto.
Decotelli iba a suceder en el cargo al polémico economista Abraham Weintraub, tal vez el único ministro de Educación en el mundo que se jactaba de escribir con faltas de ortografía.
Weintraub, quien era repudiado por académicos, legisladores y el Poder Judicial.
Pero defendido por Bolsonaro y sus hijos, enfrenta un proceso en la justicia por racismo.
Y selló su suerte en el gobierno al insultar a jueces de la corte suprema y emitir juicios discriminatorios sobre los pueblos indígenas.
El viernes, el rector de la Universidad argentina de Rosario, Franco Bartolacci, señaló que Decotelli no había obtenido el alegado título.
Tras lo cual el ministerio corrigió su historial, precisando que había completado las materias pero «sin defensa de tesis», con lo cual confirmó que no se le había otorgado el diploma.
Asimismo, la Universidad de Wuppertal precisó el lunes en un comunicado que Decotelli
«Realizó una investigación de tres meses en 2016» en esa institución alemana, pero que «no obtuvo ningún título» allí.
Otra sospecha sobre su carrera procedió de Brasil, con acusaciones de plagio en su disertación de máster en la Fundación Getúlio Vargas, de Rio de Janeiro.
Pero, el tiro de gracia le llegó este martes, después de que la FGV negara que Decotelli hubiera sido profesor de esta institución de 2016 a 2018, como lo alegaba en un currículum extenso.
Bolsonaro, que el lunes por la noche dijo que el ahora exministro reconoció «su equívoco».
Todavía no ha desginado a su remplazante, que será el tercer ministro de Educación de su mandato iniciado el 1 de enero de 2019.
Militares que rodean a Bolsonaro recomendaron el nombre de Decotelli como una figura que podría apaciguar los ánimos dentro de la cartera de Educación.
En vez de crear conflictos y crisis casi diariamente, como ocurría en el caso de Weintraub.
El papelón en torno al fallido nombramiento de Decotelli ocurre en un momento de creciente debilidad de Bolsonaro.
Su gestión de la pandemia de coronavirus es considerada una de las peores en el mundo.
Por boicotear esfuerzos de gobernadores y alcaldes para implementar medidas de distanciamiento social y cuarentenas rígidas.
Así como, haber saboteado el trabajo de dos ministros de Salud, que terminaron dejando sus cargos.
Actualmente, la cartera sanitaria tiene como ministro interino un general, que el martes asistió a un acto en la sede del gobierno sin tapaboca.
Y en el que saludó a varios políticos con un apretón de manos, en contra de todas las orientaciones médicas.
Clarín de Argentina/Dw