Una limpieza de cutis te permite quitar impurezas y tener un rostro luminoso. Si esto es una buena noticia, lo es todavía más saber que no sólo puedes hacerla en un centro de belleza, sino que también puedes realizarte una limpieza de cutis en tu propia casa como un profesional. Aquí te decimos cómo hacer una limpieza facial casera a la perfección para que te sientas muy bonita. Hacerse una limpieza de cutis casera, con acabados profesionales, es más fácil de lo que parece con estos sencillos pasos:
1. Mascarilla de huevo y naranja
La clara del huevo contiene una sustancia llamada luteína, que retiene la humedad natural de la piel mientras le brinda elasticidad. Además, le aporta vitaminas A, B y D, cuya acción disminuye los efectos de los radicales libres, disminuye el tamaño de los poros y reduce la presencia de puntos negros, acné y otras imperfecciones.
La cáscara de naranja, en tanto, está llena de vitaminas C y E; dos poderosos antioxidantes que erradican los radicales libres y el daño oxidativo. Aparte, el ácido cítrico participa en la producción de colágeno y regula el pH natural controlando la producción de sebo.
Ingredientes:
Una clara de huevo y una cáscara de naranja.
Preparación:
- Pon a secar una cáscara de naranja al sol y tritúrala con un molinillo hasta convertirla en polvo.
- Cuando esté lista, bate la clara de un huevo y mézclala con el polvillo de la cáscara. Asegúrate de que quede bien integrado.
- Procede a limpiar el rostro para quitar la suciedad superficial y todo rastro de maquillaje. Una vez limpio, extiende el producto por todas las áreas; eso sí, haz este procedimiento de noche, pues tu piel quedará levemente sensible al sol.
- Deja actuar la mascarilla durante 15 minutos.
- Luego, humedece la piel con agua tibia y realiza movimientos circulares con las yemas de los dedos.
- A continuación, sumerge un paño en agua helada y aplícalo sobre el rostro. Presiona un poco y mantenlo en contacto con la piel durante un minuto. Repite ese paso tres veces y enjuaga.
2. Mascarilla de aceite oliva y plátano
El aceite de oliva, rico en vitamina E, es un antioxidante que mantiene la piel fresca y joven; mientras que el plátano contiene potasio, una sustancia que retrasa el envejecimiento cutáneo, aportando juventud y luminosidad a la tez.
Ingredientes:
Un plátano maduro pequeño y una cucharadita de aceite de oliva.
Preparación:
- Retira la cáscara del plátano y conviértelo en puré con la ayuda de un tenedor. Al estar maduro, te resultará sencillo machacarlo.
- Una vez que el plátano esté triturado, mézclalo con el aceite de oliva hasta formar una pasta homogénea.
- Extiende la mascarilla casera resultante por el rostro y el cuello limpios, y deja que haga efecto durante unos 20 minutos.
- Transcurrido ese tiempo, retira el producto con abundante agua templada, y seca el rostro con una toalla y sin frotar.
3. Mascarilla de zanahoria
Debido a que posee altas dosis de vitamina A, una sustancia que promueve la producción de colágeno, la zanahoria otorga excelentes resultados a la hora de revitalizar la piel del rostro y anticiparse a la aparición de posibles arrugas. Además de aportar un contenido graso equilibrado.
Ingredientes:
Una zanahoria.
Preparación:
- Ralla una zanahoria y límpiala muy bien para eliminar todos los gérmenes e impurezas que hayan podido depositarse sobre ella.
- Una vez que hayas retirado toda la piel, introdúcela en una olla con agua caliente y hiérvela durante unos minutos. Cuando se haya reblandecido, retírala del fuego.
- Es importante que la zanahoria esté muy blanda, ya que el siguiente paso consistirá en machacarla con la ayuda de un tenedor para convertirla en una especie de pasta.
- Una vez lista la mascarilla, limpia tu rostro para que el producto penetre profundamente en la piel, y entonces extiende la zanahoria por todo el cutis, evitando cubrir los contornos de los ojos y de los labios.
- Deja que la mascarilla repose sobre tu piel durante unos 30 minutos y, pasado ese tiempo, retírala con abundante agua tibia.
4. Mascarilla de papaya y miel
Gracias a su contenido en papaína, la papaya actúa como un aclarador innato para la piel, ayudando a renovar el cutis, eliminando células muertas, desvaneciendo manchas y pecas, y dándole un tono uniforme al rostro. Además, al tratarse de un fruto rico en antioxidantes, como carotenos, vitamina C, flavonoides, vitaminas del complejo B, ácido fólico y pantoténico, la papaya contribuye a reducir los signos de la edad.
La miel, por su parte, gracias a su nivel de acidez, así como a su consistencia cerosa, exfolia la piel y elimina la suciedad.
Ingredientes:
Una papaya, un huevo y una cucharada de miel.
Preparación:
- Limpia la papaya para que los gérmenes no se trasladen a tus manos y acaben depositándose sobre tu rostro. Luego, divídela en dos y extrae su pulpa.
- Retírale las pepitas y machácala con la ayuda de un tenedor hasta convertirla en una especie de puré.
- Introdúcela en el interior de una olla limpia y déjala apartada durante unos segundos.
- A continuación, separa la yema de la clara del huevo para quedarte con esta última.
- Finalmente, mezcla la papaya con la clara de huevo y la miel, y revuelve todos los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea: tu mascarilla iluminadora.
- Aplica el compuesto sobre el rostro limpio y deja que actúe durante unos 20 minutos. Posterior a ello, lávate con abundante agua tibia.
5. Mascarilla de leche y azúcar
Este tratamiento combina los poderes del ácido láctico, presente en la leche y del ácido glicólico, extraído del azúcar. El ácido láctico, por un lado, contribuye a erradicar los signos de la edad, funciona como exfoliante natural, y otorga suavidad y brillo a la piel. El ácido glicólico, por otro lado, es un excelente aliado para combatir las manchas, marcas de acné y espinillas, así como para eliminar las células muertas del rostro.
Ingredientes:
Una cucharada de azúcar, una cucharada de leche entera, el jugo de medio limón y tres cucharadas de agua.
Preparación:
- En un recipiente con agua, agregar y mezclar la leche con el jugo limón.
- Como resultado se obtendrá leche agria, que es lo que produce el ácido láctico.
- Luego, añade el azúcar y vuelve a mezclar bien todos los ingredientes.
- Cuando obtengas una pasta homogénea, aplícala sobre la piel limpia y previamente lavada con agua y jabón, con un algodón o con las yemas de tus dedos.
- Debes masajear las distintas zonas del rostro con masajes circulares, muy suaves y sin tirar de la piel.
- La mascarilla debe permanecer allí por un máximo de 15 minutos y luego ser retirada con abundante agua.
INDICACIONES:
El primer cuidado que debemos hacernos todos los días es limpiarnos el rostro por las mañanas y por la noche. Así oxigenamos la piel y mantenemos una bonita luminosidad natural. Esta limpieza de cutis es independiente de que te maquilles o no. Debe convertirse en una costumbre como peinarse o lavarse los dientes.