Portugal registra, hasta este viernes, un total de 206 brotes activos de coronavirus, 45 más que hace una semana. La mayoría de los focos, el 65 %, se concentran en la región de Lisboa y Valle del Tajo, la más afectada por la pandemia.
Además, la ministra de Sanidad lusa, Marta Temido, presentó este viernes el último balance de la pandemia en el país: 48.077 casos positivos (312 más que ayer), de los cuales más de 13.600 están activos, y 1.682 fallecidos (tres más). El 76 % de los nuevos casos se registraron en la región de Lisboa.
Temido explicó, no obstante, que los brotes activos no corresponden únicamente a focos con casos identificados «ayer». «Estamos siendo particularmente exigentes. Solo consideramos un brote cerrado cuando pasaron dos periodos de incubación (28 días)» desde el último caso identificado, dijo la ministra, que admitió que en la región de Lisboa hay dificultades para cortar las cadenas de transmisión.
Las autoridades identificaron a más de 35.000 personas que mantuvieron contacto con positivos y que se encuentran bajo vigilancia.
Por otro lado, Portugal ha mejorado la cifra de personas hospitalizadas. 447 personas están internadas en todo el país, 29 menos que un día antes, de las cuales 67 están en unidades de cuidados intensivos (cuatro menos).
Dos niveles de restricciones en Lisboa
La mayor parte de Portugal se encuentra en estado de alerta por la pandemia, aunque con apenas medidas de distanciamiento y protección.
La excepción es la región de Lisboa, donde hay dos niveles de restricciones: 19 de las 118 parroquias civiles -unidad administrativa un escalón por debajo del Ayuntamiento- están en situación de calamidad y el resto en estado de contingencia.En las parroquias en situación de calamidad hay «deber de recogimiento obligatorio», por el que solo se debe salir de casa para actividades esenciales como ir a trabajar o comprar alimentos. En las restantes, hay restricciones horarias nocturnas y casi todos los establecimientos tienen que cerrar a las 20.00 horas.
