Volver a abrir la economía resulta imperativo para el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, más ahora que se acerca cada vez más la fecha para su reelección de cargo en medio de una pandemia que ha llevado a tener la mayor tasa de desempleos en el país desde la Gran Depresión en 1930.
Los asesores económicos de la Casa Blanca se han dado la tarea de vender la idea de la vuelta al empleo urgente para lograr la recuperación económica, a pesar de los riesgos existentes en torno a esa decisión y considerando que la segunda oleada de contagios llegará tras la reactivación. De acuerdo con información publicada por la Universidad Johns Hopkins, el país tiene más de un millón 300 mil casos de Covid-19 y suma la lamentable cifra de casi 80 mil fallecidos.
De acuerdo con declaraciones dadas por el Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EEUU, reabrir la economía a tiempo puede prevenir daños mayores y más profundos: “Creo que existe un riesgo considerable si no reabrimos. Estamos hablando de un daño económico permanente para el pueblo estadounidense. Vamos a reanudar la actividad de una manera razonada, lo que permitirá la vuelta al trabajo con seguridad», dijo en entrevista para la cadena Fox.
Respetando las legislaciones federales, la Casa Blanca deja a criterio de los estados y de los condados los procesos para reabrir la economía en cada locación. Trump ha celebrado el regreso de actividades deportivas como la UFC y los campos de golf, en medio de proyecciones de desempleo graves en las que se habla de 20% para el término del mes de mayo.
El Estado está inyectando liquidez monetaria en el mercado y llevando los intereses prácticamente a 0% para sobrellevar los daños ocasionados por la paralización obligatoria de la economía. La Casa Blanca está preocupada por el posible aumento de la deuda pública a consecuencia de la inyección de liquidez monetaria.