Los musulmanes en todo el mundo adaptan el ramadán a los tiempos de pandemia, cerrando las mezquitas y aceptando las regulaciones de confinamiento
En tiempos de pandemia y distanciamiento social, los musulmanes también reinventaron sus costumbres para no dejar de celebrar el famoso ramadán.
Desde el pasado 23 de abril inició el ramadán y millones de musulmanes ven pasar el mes en medio de confinamiento, mezquitas cerradas y estrictas restricciones que refuerzan el distanciamiento social.
Durante el mes del ramadán a los musulmanes se les exige oración, reflexión y socializar en la vida familiar y comunitaria, además de ayunar, y no beber agua, de la mañana a la noche. Sin embargo, varios líderes de la religión aceptaron las medidas de confinamiento, instando a los creyentes a respetarlas para evitar la propagación de la pandemia.
Sin embargo, no todos recibieron de la mejor manera las medidas de confinamiento, algunos prefieren ser totalmente fieles a sus costumbres, aún en tiempos de pandemia.
Los clérigos integristas paquistaníes en Indosnesia no impidieron las concentraciones en las mezquitas y miles de personas asistieron a oraciones nocturnas en la provincia indonesia de Aceh. Hubo escenas similares en varios templos de Pakistán.
El entretenimiento también se ha visto afectado
Una de las actividades más comunes para las familias que honran el mes del ramadán es ver series televisivas, sin embargo, algunas no llegaron a culminarse con la llegada de la pandemia.
Dos de las series que lograron llegar a tiempo para el ramadán están causando polémica. Una de ellas es Umm Harun (La madre de Aharón), filmada en Arabia Saudí, pero ambientada en el Kuwait de los años cuarenta, donde vivían unas 200 familias judías, describe de manera favorable y empática la vida cotidiana de una comunidad judía de un Oriente Próximo árabe antes de la consolidación del sionismo.
En relación a la serie, en las redes sociales tuvo fuertes críticas contra el príncipe saudí Mohammed bin Salman, a quien acusan de haber dado otro paso en la normalización de relaciones con Israel.
La serie egipcia El final no se queda atrás con las controversias. En ella aparece un maestro en una escena ambientada en 2120, contando a sus alumnos que finalmente Jerusalén logró la libertad y los judíos sionistas tuvieron que volver a los países europeos de los que provenían.
Sobre esta última, el ministerio de Exteriores israelí presentó una protesta diciendo que la serie daña las relaciones entre los dos países.