La industria energética de Texas había conseguido, hasta ahora, que el estado no enfrentara las crisis económicas con la misma dureza que otras partes del país. Tras el “crash” bursátil de 2008, que empujó a Estados Unidos a la recesión, los precios del gas y el petróleo redujeron el golpe en la economía texana.
Debido a la pandemia causada por el Covid-19, ha generado una caída en los precios del petróleo pese a la desaparición de la demanda y sus consecuencias han alertado a las autoridades estatales de una tormenta económica sin precedentes en el estado.
Texas inició el plan de reapertura económica en el estado el pasado viernes 1 de mayo. El gobernador Greg Abbott ha dicho que su objetivo es poner en marcha cuanto antes la economía siguiendo los consejos de expertos y analistas.
Pero los precios del petróleo, que llegaron a números negativos por primera vez en la historia, han golpeado a la recaudación de impuestos en Texas, que ya registró en abril una caída de un 9,3% y se espera que la cifra sea mucho mayor en los próximos meses.
“Mientras los precios del petróleo y el gas sean altos, eso es bueno para Texas”, comentó Steven Beach, decano del Colegio de Economía de la Universidad de Permian Basin al Texas Tribune.
Panorama Negativo
Permian Basin, en el suroeste texano, es una de las principales cuencas petroleras del mundo. Las compañías energéticas del estado han reducido sus presupuestos por millones de dólares y otras han declarado la bancarrota.
Virginia Belew, director de servicios regionales de la Comisión de Planeación de Permian Basin, describió al Texas Tribune que el ambiente en lo que en otros tiempos era una de las cuencas petroleras con más actividad del mundo es “surrealista” por la histórica reducción de actividades.
Más de 1,8 millones de texanos han solicitado la ayuda para el desempleo en las siete semanas desde que el gobernador Abbott declaró el estado de emergencia.
En condados cuya economía está anclada al petróleo, como la ciudad más poblada del estado, Houston, los gobiernos locales se preparan a ajustes sin precedentes por la gravedad de la crisis. El alcalde de Houston, Sylvester Turner, anunció esta semana que valora la suspensión temporal de todos los empleados de la ciudad salvo policía y bomberos.
En el oeste texano las consecuencias ya se han hecho sentir. En el condado de Yoakum, el 61% de las solicitudes de desempleo era de trabajadores de este sector. En Scurry, al menos un 50%
“Nadie había visto una situación de esta gravedad”, comentó Jim O’Bryan, funcionario de Reagan County, que tiene la esperanza de que el precio del petróleo, que no ha rebasado hasta ahora no ha vuelto a rebasar los $10 dólares por barril tras el histórico derrumbe de hace unas semanas, vuelva a los $60 que costaba en enero. “Ojalá pase pronto. Volverá. Siempre vuelve”.
Fuente: Univision Noticias