El petróleo texano subió este jueves 2.85%, para ubicarse en 26.01 dólares por barril. El motivo de esta escalada es la reducción de la cantidad de crudo almacenada en Estados Unidos. La Agencia Internacional de Energía informó también que esta es la menor acumulación que se ha tenido de crudo en este primer semestre del año 2020.
El crudo estadounidense WTI que sería entregado en mayo, producido en Texas, había venido en bajada considerable a finales de abril, momento en el cual pasó de 18 dólares por barril a cotizarse en el impresionante precio negativo de -35.22 dólares al cierre de la jornada.
Como consecuencia del abrupto desplome, los mercados energéticos prendieron sus alertas. Esta caída tan acelerada se debió a un exceso de producción petrolera y una baja del consumo, motivado a la paralización global ocasionada por la pandemia de Covid-19.
El crudo que se utiliza como referencia en Europa, el Brent, tuvo un desplome menos fuerte en ese momento.
Es importante entender estas referencias mundiales que rigen los sectores energéticos y cómo afectan a Latinoamérica. Hay que puntualizar que uno de los elementos que afectó el precio durante abril fue que acercándose el final del mes, era momento de honrar los contratos de pago para las entregas de mayo y muchos de los acreedores intentaron cancelarlos o cederlos. Esta situación fue la que generó que los almacenes de crudo llegaran a su máxima capacidad, lo que obliga a reducir el precio del barril para fomentar su venta rápida. Siguiendo la ley de oferta y demanda, a mayor oferta y menor demanda, el costo final se verá obligado a reducirse. Almacenar el petróleo resultaba más costoso que entregarlo por debajo de su costo de producción.
Ante un mercado hasta el tope y con la demanda más baja en muchos años, el precio tendió al desplome; sin embargo, con el tímido levantamiento de las cuarentenas en el mundo, el precio del barril de petróleo texano empieza a retomar los niveles de meses anteriores.