En tanto, las esperanzas de una vacuna llevaron a que los futuros del crudo sumaran su segunda alza semanal seguida.
El referencial Brent cayó 75 centavos, o un 1,7%, a 42,78 dólares el barril, mientras que los futuros del crudo en Estados Unidos (WTI) cayeron 99 centavos, o un 2,4%, para finalizar la sesión en 40,13 dólares el barril. En la semana, ambos contratos registraron ganancias superiores al 8%.
La producción de petróleo de Libia ha aumentado a 1,2 millones de barriles por día (bpd), dijo a Reuters una fuente local, frente al millón de bpd informado el 7 de noviembre por la Corporación Nacional de Petróleo del país.
Las señales de un aumento de la producción en Estados Unidos se sumaron al sentimiento bajista. Las plataformas petroleras estadounidenses subieron a 236 esta semana, según datos de Baker Hughes, su nivel más alto desde mayo.
Otro hecho que presionó a los precios fue el dato del gobierno de Estados Unidos que mostró que los inventarios de crudo aumentaron en 4,3 millones de barriles la semana pasada. Los analistas esperaban una baja de 913.000 barriles.
Las nuevas infecciones por coronavirus en Estados Unidos y en otros países se encuentran en niveles récord y el endurecimiento de las restricciones debería llevar a que la demanda de combustible se recupere más lentamente de lo que muchos esperaban.
El WTI y el Brent subieron con fuerza esta semana después de que Pfizer Inc y la alemana BioNTech dijeran que su vacuna experimental para el COVID-19 tenía un 90% de efectividad.
Con información de Reuters.
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