Édouard Philippe, jefe de gobierno de Emmanuel Macron, y Christophe Castaner, ministro del Interior, han confirmado este viernes que la segunda vuelta de las elecciones municipales en Francia se celebrará el próximo 28 de junio, si la crisis sanitaria nacional no se ha degradado. Los comicios fueron aplazados por la pandemia después de una polémica primera vuelta el pasado 15 de marzo, que desató un terremoto político.
Decisión inflamable: no existe consenso entre las fuerzas políticas nacionales, consultadas oficialmente. Extrema izquierda y extrema derecha populistas amenazan con desenterrar el hacha de guerra más feroz.
El Gobierno ha transmitido a los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, la Asamblea Nacional (AN) y el Senado, dos informes oficiales, anunciando la decisión. El próximo día 27 de publicará un Decreto oficial.
Emmanuel Macron había barajado tres alternativas: convocatoria a finales de junio, aplazamiento al otoño o el mes de enero del año que viene.
Según la legislación francesa, la convocatoria a finales de junio tiene una «ventaja» política: permite considerar válido el resultado de la primera vuelta electoral, el 15 de marzo pasado, dos días antes del principio del confinamiento nacional. Si se hubiese preferido aplazar varios meses la convocatoria, hubiera sido necesario volver a convocar las dos vueltas de la elección.Macron ha optado por la convocatoria a finales de junio, cuando restaurantes y bares estén funcionando, tras un desconfinamiento previsto para primeros de junio.
La «cláusula de reserva»
La convocatoria tiene una suerte de «cláusula de reserva»: la segunda vuelta electoral solo se realizará si el Consejo científico da su «visto bueno», con una declaración oficial, dos semanas antes del escrutinio. Si la situación sanitaria se degradase, el Gobierno retiraría «automáticamente» la convocatoria electoral.
Esperada, se trata de una decisión con muchos riesgos políticos.
Édouard Philippe, primer ministro, celebró una reunión de trabajo con los representantes de todas las fuerzas políticas nacionales. «La reunión terminó se llegar a ningún consenso. Le corresponde al Gobierno tomar y asumir su propia decisión», ha comentado Philippe.
La gran mayoría de los alcaldes franceses apoya la convocatoria. Pero La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista) y Agrupación Nacional (AN, ex FN, extrema derecha), amenazan con utilizar la nueva e inminente campaña electoral para lanzarse a paso de carga, sable envenenado en ristre, contra Emmanuel Macron y su Gobierno.