Los habitantes de los sectores en Barquisimeto y Cabudare, pertenecientes al estado Lara, informaron que este viernes en la noche se registraron al menos tres explosiones en la entidad.
Alfredo Ramos, ex alcalde de Irribarren, señaló que además de los explosivos, también se registraron protestas en la entidad. Ramos aseguró que es necesario un cambio político en el país.
“En medio de fuertes explosiones nocturnas que retumbaron en Barquisimeto, Cabudare y hasta en Yaritagua anoche se produjeron fuertes protestas en Carora, El Tocuyo y Barquisimeto por los cortes eléctricos de más de 8 horas diarias en Lara”, informó a tráves de un mensaje en su cuentra @AlfredoARamos en la red social Twitter..
Por su parte, el periodista Humberto Ambrosino explicó que dichos estruendos se deben presuntamente a un curso de explosivos en el Fuerte Terepaima, ubicado en el municipio Palavecino.
“Las explosiones escuchadas durante la noche del viernes 8 de mayo 2020 forman parte de unas pruebas que realizan en Fuerte Terepaima”, escribió el periodista en su Twitter @hambrosino.
Solo 100 de 400 megavatios disponibles
Según el ingeniero electricista Antonio Patiño, Lara consume entre 380 y 400 megavatios (MW), pero el departamento de despacho de carga de Corpoelec raciona 200 (MW) y reserva otros 100 (MW) para los circuitos prioritarios. La entidad solo dispone del 25 % de los megavatios que necesita.
El gerente general de Corpoelec Lara declaró en cadena regional, el 6 de mayo, que el servicio mejorará en las próximas semanas y llamó a la población a hacer uso eficiente de la energía. A la par, anunció que aumentarán la generación termoeléctrica a 50 MW. Actualmente, solo hay una máquina operativa que produce menos de 30 megavatios para el circuito del Hospital Central Antonio María Pineda, el principal centro asistencial del estado.
En Lara instauraron un racionamiento eléctrico sin cronograma en marzo de 2019 tras el primer apagón general. La Red de Derechos Humanos del estado Lara califica las interrupciones diarias como una tortura psicológica masiva que imposibilita a las familias planificarse diariamente.
Una encuesta de la organización Activos por Luz, publicada a un año del apagón del 7 de marzo, arrojó que ocho de cada 10 familias en la zona metropolitana están afectadas por los cortes eléctricos diarios y los niños son los que presentan más secuelas psicológicas.
