Mientras sus padres realizaban trabajos humildes para criar a sus cuatro hijos, Marco Rubio se graduó en Derecho en la Universidad de Miami en 1996. Su historia representa la idea del “sueño americano”.
Según su libro Un hijo americano, el pequeño Marco pasaba horas con su tío leyendo periódicos en español y escuchando sus opiniones contra Castro. En esos años aprendió a admirar a Estados Unidos, por entonces liderado por el Presidente Ronald Reagan.
En 1998, siendo un joven abogado, se presentó al puesto de comisionado de West Miami, cargo que ocupó hasta 1999 cuando pasó a ser el líder de la Asamblea de Florida.
Su gran salto político se produjo cuando en 2009 ganó el puesto de senador en el Congreso de Estados Unidos, ocupando el lugar de otro senador cubanoamericano: Mel Martínez, y derrotando al popular ex gobernador de Florida Charlie Crist.
Al convertirse en senador, Rubio ya era una estrella emergente del Partido Republicano, y no solo entre los hispanos republicanos, que en medio de una crisis para recabar el voto de los inmigrantes en su mayoría hispanos, lo convirtieron en un recurso para atraer a esa comunidad.
Durante su candidatura al Senado contó con el apoyo del ala conservadora del Partido Republicano y del Tea Party, pero Rubio ha tratado de matizar esa imagen en los últimos años.
Su posición acerca de la reforma migratoria ha pasado de ser crítica, a la que calificó de “amnistía”, a aceptar la reforma para estudiantes indocumentados conocidos como “dreamers”. Este es sin duda uno de los debates más complejos a los que los líderes políticos de Estados Unidos han de hacer frente en futuro próximo, especialmente los republicanos.
Marco Rubio habla el español con fluidez, lo que le permite dialogar directamente con el votante hispano, uno de sus puntos fuertes. Además, su intensa conexión con uno de los estados más importantes como Florida podría ser de gran ayuda en una hipotética apretada contienda electoral.
Con información de The Hispanic Council.