El estreñimiento es un síntoma, más que una enfermedad. Este término se utiliza para designar tanto la escasa frecuencia de defecación como la dificultad para expulsar las heces.
La frecuencia de hacer caca considerada normal oscila entre tres deposiciones diarias como máximo y tres defecaciones semanales como mínimo. Pero este criterio no basta para establecer el diagnóstico de estreñimiento. En la actualidad, para establecer si una persona tiene estreñimiento se tienen en cuenta diversos criterios: si es necesario hacer un esfuerzo excesivo, las heces son duras o caprinas, no se logra una sensación de evacuación completa, la frecuencia de hacer cacaes inferior a tres veces semanales…
Prevalencia
El estreñimiento es uno de los trastornos digestivos crónicos más frecuentes. Su frecuencia puede variar según el concepto de estreñimiento que se utilice. Si solo se tiene en cuenta el número de deposiciones por semana, afecta a aproximadamente el 5% de la población, mientras que si se amplían los criterios y se tiene en cuenta la dificultad o esfuerzo al defecar la prevalencia asciende hasta el 20-30%.
Este problema es más frecuente en las mujeres, en personas sedentarias y en quienes siguen una dieta baja en líquidos y fibra (presente en frutas y verduras).
Causas
La causa más frecuente de estreñimiento son los factores dietéticos, especialmente la falta de fibra en la dieta. Otras veces, el estreñimiento está relacionado con diferentes enfermedades que padece la persona y es un síntoma frecuente en pacientes con diabetes y enfermedades del tiroides, entre otras patologías.
También pueden producir estreñimiento algunos medicamentos que se utilizan para tratar el dolor, la depresión y algunas enfermedades del corazón.
En el caso de que junto con el estreñimiento haya dolor, aparezca sangre en la deposición o el paciente haya perdido peso, la causa puede ser un tumor en el intestino.
Síntomas
Los síntomas varían dependiendo de cada paciente, de si se trata de un estreñimiento ocasional o crónico y de las patologías subyacentes.
Los síntomas más comunes son deposiciones menos de tres veces a la semana, heces duras, presencia de gases, necesidad de ejercer un gran esfuerzo, dolor al defecar, necesidad de maniobras manuales para facilitar la defecación, sensación de obstrucción anorrectal, sensación de evacuación incompleta y sensacción de obstrucción anorrectal.
Prevención
La mejor forma de prevenir el estreñimiento es llevar un estilo de vida saludable con una dieta rica en fibra, como la mediterránea.
Además, conviene beber muchos líquidos, aproximadamente dos litros de agua al día, realizar ejercicio de forma regular y acostumbrar al cuerpo a ir al baño cuando tenga ganas de defecar en lugar de esperar.
Tipos
Podemos clasificar el estreñimiento en:
- Estreñimiento agudo u ocasional: Cuando la duración es menor de 6 semanas, debido a una situación de estrés, a un viaje, a cambios en la dieta, la falta de ejercicio, la toma de un medicamento… Cuando desaparece est causa, se retoma el ritmo normal.
- Estreñimiento crónico o habitual: Cuando se prolonga durante al menos 12 semanas (no necesariamente consecutivas durante los 12 meses anteriores). En estos casos hay que establecer un diagnóstico para descartar que lo provoque una enfermedad y adoptar hábitos saludables que restablezcan el ritmo normal de la defecación.
Tratamientos
El tratamiento del estreñimiento depende fundamentalmente de la causa que lo produce. La mayoría de las veces será suficiente con añadir fibra a la dieta.
Si se relaciona con la toma de fármacos, y estos se pueden cambiar por otros, será aconsejable hacerlo. En otras ocasiones puede ser necesario recurrir a la cirugía.
Otros datos
El estreñimiento representa un motivo de consulta muy frecuente a cualquier edad. De hecho, cualquier persona puede tener temporadas de estreñimiento, sobre todo coincidiendo con cambios de dieta o viajes.
Las personas de edad avanzada o con poca actividad presentan este trastorno con más frecuencia.
Estas son algunas de las señales de alerta a las que hay que prestar atención:
- Si ocurre en lactantes, niños o embarazadas.
- Si es de inicio brusco ó sufre modificaciones significativas en su evolución.
- Si se asocia a pérdida de peso injustificada.
- Si las heces se acompañan de sangre o son de color negro.
- Si también hay dolor abdominal intenso, vómitos y/o fiebre.
- Si se relaciona con la toma de fármacos que puedan ocasionarlo.
- Si persiste pese a las recomendaciones de un profesional sanitario.