El tejido hemorroidal es una estructura normal de la anatomía humana cuya función es almohadillar el canal anal y ayudar a mantener la continencia.
La enfermedad hemorroidal se produce cuando estas estructuras hemorroidales, coloquialmente conocidas como almorranas, se congestionan, inflaman y desplazan o prolapsan hacia el exterior del canal anal.
Es una enfermedad muy frecuente en nuestro medio (tiene una prevalencia aproximada del 5%) y un 50% de la población sufrirá algún síntoma a lo largo de su vida.
Generalmente las hemorroides no son trastornos graves, tal y como explica José María Enríquez-Navascués, jefe de Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital Universitario Donostia, aunque cuando aumentan patológicamente de tamaño o se deslizan hacia el exterior, provocan molestias como picor, dolor o ardor.
Las hemorroides son frecuentes en torno a los 45-65 años y se manifiestan tanto en hombres, como en mujeres, aunque durante la gestación aumenta la prevalencia en las mujeres.
Causas
Según Laura Colao García, facultativa especialista de Área de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), las principales causas de las hemorroides son:
- Estreñimiento: las heces duras y secas propias del estreñimiento son el factor más frecuente que puede provocar la aparición de hemorroides. “Su frecuencia, así como el esfuerzo defecatorio importante, agravan los síntomas”, añade la especialista.
- Diarrea: predispone al desarrollo de la enfermedad y empeora la enfermedad hemorroidal preexistente.
- La existencia de factores hereditarios.
- Postura inadecuada: permanecer muchas horas al día de pie o sentados resulta perjudicial para esta patología.
- Embarazo: la presión que ejerce el feto sobre la zona rectal, además de los esfuerzos realizados durante el parto, pueden provocar la aparición de hemorroides.
- Estar mucho tiempo sentado en el inodoro y los esfuerzos defecatorios.
Síntomas
- Rectorragia o sangrado a través del ano: hay existencia de manchado al limpiarse o goteo de sangre roja fresca en la taza del inodoro.
- Prolapso o salida de las hemorroides a través del ano. «Inicialmente se reducen o reintroducen el ano espontáneamente, pero con el tiempo se pueden quedar fuera permanentemente», señala Colao García.
- Ensuciamiento: la ropa interior se mancha con una secreción mucosa, sanguinolenta o incluso con heces.
- Prurito o picor en la zona anal.
- Molestias o dolor.
Prevención
- Beber dos litros de agua al día para prevenir el estreñimiento.
- Evitar la ingesta de alcohol, ya que perjudica la circulación sanguínea dificultando la digestión.
- Reducir el consumo de sal, dado que favorece la retención de líquidos.
- Consumir una dieta rica en fibra, frutas, verduras y productos integrales.
- Evitar el esfuerzo defecatorio: En caso de estreñimiento crónico, Guerra recomienda consultar al especialista, ya que “le dará las pautas farmacológicas y de hábitos alimentarios que le permitirán tratar el estreñimiento a la vez que evitar la aparición de hemorroides”.
- Practicar deporte de forma regular para activar la circulación sanguínea y ayudar a mejorar el tránsito intestinal.
- Evitar hacer grandes esfuerzos en los que tenga especial importancia la zona abdominal.
Tipos
Hemorroides internas
Son las hemorroides que sangran con la deposición y las que se prolapsan a través del ano. No son dolorosas a no ser que se acompañen de trombosis hemorroidal. Existen cuatro grados para clasificarlas:
- Grado I: las hemorroides normales.
- Grado II: hemorroides que salen por el ano con la deposición y se reintroducen solas.
- Grado III: aquellas que salen por el ano con la deposición y hay que ayudar a reintroducirlas.
- Grado IV: hemorroides internas que salen a través del ano y siempre se encuentran en el exterior. Se diferencian de las hemorroides externas en que estas últimas están cubiertas por piel normal.
Hemorroides externas
Las hemorroides externas son las que se producen alrededor del ano y que, con frecuencia, acompañan a las hemorroides internas o a otros procesos como la fisura anal. Las hemorroides externas no sangran, aunque pueden producir sensación de pesadez y dolor anal cuando se trombosan.
Diagnóstico
Guerra sostiene que “para hacer un diagnóstico adecuado, lo principal es acudir a un especialista en aparato digestivo, porque muchas veces el único síntoma que puede presentarse es el sangrado, que no solo es indicativo de la presencia de hemorroides, sino también de otras enfermedades digestivas más graves como puede ser el cáncer de colon”.
Una vez en la consulta, el diagnóstico consiste inicialmente en la realización de una historia clínica con los antecedentes médicos del paciente y los síntomas que presenta para una posterior exploración manual por parte del médico.
En los casos en los que las hemorroides no son externas, sino internas, el especialista prescribirá una colonoscopia para la confirmación de la enfermedad.
Tratamientos
Síntomas leves
En estas situaciones la experta del Hospital Universitario de Torrejón recomienda tratar las almorranas con medidas higienico-dietéticas:
- Beber abundantes líquidos.
- Realizar una dieta rica en fibra copiosa en frutas y verduras.
- Obviar las bebidas alcohólicas y los alimentos picantes o muy especiados.
- Reducir la ingesta de cafeína (café, té, refrescos de cola, etc.).
- Eludir el abuso de medicación astringente: antiinflamatorios no esteroideos, más conocidos como AINEs (entre los que se encuentran el ibuprofeno y el naproxeno), ansiolíticos y antidepresivos.
- Evitar largos ratos sentado en el inodoro.
- Limpiar el área con toallitas anales con aloe-vera.
Síntomas moderados
- Uso de laxantes. “El objetivo es conseguir unas heces formadas, con consistencia de masilla, evitando así la realización de esfuerzos defecatorios”, apunta la especialista del Hospital Universitario de Torrejón.
- Supositorios y pomadas: pueden ser útiles en casos agudos no complicados para lubricar, reducir el dolor, aliviar el picor, disminuir la inflamación, proteger la mucosa y favorecer la cicatrización. “Algunos pueden contener corticoides y provocar efectos secundarios, por lo que no deben usarse durante más de 5-7 días”, añade.
- Baños de asiento con agua templada: recomendados en casos de crisis hemorroidales.
- Medicación venotónica: reducen el edema disminuyendo el sangrado a través del ano (rectorragia) en estadios iniciales.
Colao especifica que si no hay mejoría con estas medidas higienico-dietéticas, hay otras opciones que incluyen:
En el caso de los casos leves:
- Ligadura con banda elástica: se basa en la colocación de un pequeño anillo elástico justo por encima del grupo hemorroidal, dentro del ano, lo que genera una zona de fibrosis que impide el desplazamiento de la hemorroide hacia el exterior.
En los grados más severos el especialista puede optar por tratamiento quirúrgico:
- Hemorroidectomía: consiste en la extirpación del tejido hemorroidal desde la piel hasta su base, bajo anestesia.
- Hemorroidopexia: en estos casos se realiza la resecación mediante una grapadora endoanal especial por encima de la base de las hemorroides, desplazándose así las hemorroides hacia el interior del ano.