El racionamiento eléctrico, que lleva todo el año en curso, no cesa en Mérida. Esta semana, que comenzó el 1° de junio con el reinicio de venta de gasolina para particulares, los cortes de luz suman, en promedio, 14 horas diarias. Conductores reportaron que pasan hasta siete horas sin que la cola de gasolina que hacen se mueva por la falta de electricidad en la estación de servicio donde intentan surtir.
Por otra parte, este miércoles 3 de junio comenzaron a laborar algunas estaciones de servicio a precio internacional en San Cristóbal, en cuyos alrededores se observaron largas colas de más de 20 cuadras de distancia, cómo es el caso de la Estación de Servicio Alternativa -ESA- Paramillo, Táriba y El Carmen.
Usuarios indicaron que llegaron a la fila de vehículos en horas de la madrugada, porque el día anterior les aseguraron que llegaba gasolina, sin embargo, ya se han presentado casos de personas que se colean, por lo que entre los mismos ciudadanos decidieron enumerar sus carros.
Según la información publicada por Diario de Los Andes, a los conductores no permiten el pago en bolívares con tarjeta de débito, tan solo reciben pesos y dólares, lo que considera también un riesgo ante la inseguridad.
William Rodríguez estaba en cola desde las 4 de la mañana de este miércoles. El día anterior estuvo de 2 a 8 de la noche, pero aunque había gasolina no hubo despacho por falta de electricidad para la lectura del TAG.
“Es un proceso lento, cola y esta mañana llegué a las 4 de la mañana para poder surtir, ni siquiera pagándola en dólares o pesos podemos surtir gasolina los tachirenses, es decir que nos están humillando por todos lados”, expresó.
En otros municipios del estado los apagones también paralizan el despacho de combustible. En Caracciolo Parra, capital Tucaní, apenas 200 de 1.200 motocicletas pudieron poner gasolina el 3 de junio, debido a los cortes del servicio eléctrico y a que hay un solo surtidor en la estación de servicio dispuesta para este tipo de vehículos.
La organización no gubernamental Promedehum registró durante el mes de mayo un 65 % de aumento en la cantidad de horas que los merideños pasan sin servicio eléctrico, en relación con la estadística llevada en abril por esta ONG, en el marco de su investigación «Mérida se apaga».