Joe Biden derrotó a Trump para ganar la presidencia y está en camino de ganar hasta 306 votos electorales, un total que igualaría lo que Trump hace cuatro años. 

En un año electoral típico, tal victoria significaría que Biden se habría llevado a otros demócratas con él. En cambio, varios candidatos demócratas prometedores al Senado y la Cámara, incluidos los titulares, perdieron.

Para Trump, la situación fue la inversa. Su popularidad entre los votantes de su base ayudó a proteger a los republicanos en funciones, pero no fue suficiente para salvarlo. 

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 La elección hizo poco para sugerir que el país estaba repentinamente menos polarizado. Trump exprimió votos de áreas donde ya tenía un núcleo de apoyo, en las zonas rurales y en los pueblos pequeños de Estados Unidos. Biden hizo lo mismo, solo que más, en los Estados Unidos urbano y suburbano, al tiempo que mantuvo bajos los márgenes de Trump en algunas áreas rurales. El resultado no cambió el hecho de que gran parte del país todavía habla dos idiomas políticos diferentes.

“Esto desafió las expectativas de todos. Todos dijeron que si Joe Biden gana, los demócratas ganan el Senado. Si Trump gana, los republicanos ganan el Senado”, dijo Rahm Emanuel, ex alcalde de Chicago y jefe de gabinete del presidente Barack Obama. “Eso no es lo que pasó. Claramente hubo una resaca.

“La vida no es binaria”, dijo Emanuel. “Es más complicado. Florida, un estado que votó por Trump, votó por el salario mínimo. Illinois, un estado que votó por Biden, rechazó un impuesto sobre la renta progresivo.

Emanuel dijo que los demócratas pueden haberse equivocado al no ofrecer planes más claros sobre cómo reconstruir la economía y al mismo tiempo ganar control sobre el virus y al no rechazar los esfuerzos republicanos por etiquetarlos como socialistas.

«La conclusión de que los republicanos ganaron en escaños tradicionalmente ocupados por los republicanos fue su participación sin precedentes», dijo Luria. «Trump no pudo sacar provecho de esa participación él mismo, porque sus acciones y su retórica durante los últimos cuatro años lo hicieron desagradable para la mayoría de los estadounidenses».

Con información de AP.

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